Este año decidimos arriesgarnos y dedicarle tiempo a nuestro proyecto para aclarar lo que queremos que llegue a ser, así que ¡compramos pasajes a México! Llevábamos varios meses con ganas de meterle tiempo a Las Nativas Cuentan, queriendo crear y pensar el plan para poder avanzar por el camino que a las dos nos llama, de lo que queremos ahora de este proyecto que venimos soñando desde hace más de diez años.
La primera parada fue en el Vive Latino para ver a muchos de nuestros artistas favoritos. El festival duró dos días y estuvimos corriendo de carpa en carpa para alcanzar a ver a todos los que teníamos en lista. Cantamos a grito herido nuestras canciones favoritas desde que éramos adolescentes, bailamos con Rawayana y con Dréxler, lloramos con Fito Paez y con Los hombres G, y celebramos con cerveza y mezcal mis primeros 33 años, gracias al increíble regalo de Mayra.
Al otro día del festival viajamos a Puebla a preparar nuestro primer evento de Mujeres Históricas. Con la excusa de hacer collage compartimos con un grupo mágico de mujeres que contaron historias increíbles y personales que terminaron atravesándonos a todas. Creo que eso es lo que pasa cuando nos encontramos con otras.
Para Semana Santa habíamos planeado ir a Veracruz a la playa, pero terminamos de rolling por el norte de México. Nos fuimos en el carro hasta San Miguel de Allende, Guanajuato y Pátzcuaro descubriendo pueblitos mágicos, compartiendo música en nuevas listas de reproducción de Spotify, contando historias y probando el sabor de los platos típicos de los diferentes lugares donde parábamos.
Volviendo a Puebla comenzamos a explorarnos desde el arte y las posibilidades de trabajo colaborativo junto a Pau Natoli de Narrando lo invisible y el Colectivo La 15, y así le dimos vida a Transitar, un taller para encontrar las estéticas y las narrativas entre el arte y la comunicación. Aprendimos a crear dispositivos artísticos como detonador de acciones situadas con otras mujeres, los temas transversales fueron la migración, el viaje, la casa, la comodidad e incomodidad de habitar los espacios, las mamás, las abuelas, los pies que nos llevan a todas partes, el movimiento, la carretera, el alimento y la protección propia y hacia los demás. No nos alcanzó el tiempo para activar el dispositivo y para incorporar los nuevos formatos digitales para ir a la calle a recolectar material. Sin duda Transitar es un taller potencial para seguir desarrollando, ya les contaremos cuándo se hará la segunda versión.
Además en este lugar nace Casa Nativas, un nuevo proyecto que nos estamos soñando y que pronto les contaremos.
De este viaje aprendimos que todos tenemos una historia qué contar, y para mí el primer paso siempre va a ser escribirla. Es así como comenzamos la serie de talleres que van a darle vida al universo de Contadores de Historias. Empezamos con Habitar la palabra, el taller de escritura creativa, nos vemos en mayo para escribir esa historia que tenemos pendiente por contar.
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